El torbellino de confusión de la primera dama de Ponce

Recientemente salió a relucir en las redes sociales una entrevista con la Sra. Miyady Velázquez en la cual hace unas expresiones peyorativas e irrespetuosas de la comunidad homosexual (como ella le llama). De paso, la Sra. Velázquez es una figura pública ya que es la esposa del alcalde de Ponce y además dice ser una especialista en conducta humana.
Según ella, los homosexuales son personas confundidas, ultrajadas, limitadas, atadas, heridas, dolidas, producto de abusos sexuales en la niñez y que viven en la “porquería”. O sea, viven en un tormento de confusión.
Como pasado presidente de la Asociación de Psicología de Puerto Rico y con peritaje de décadas en este tema, deseo contestar de manera contundente estas declaraciones. En primer lugar, una profesional de la conducta con el privilegio adicional de ser figura pública, debe de ser una que lleve información científica, datos clínicos certeros y basarse en las mejores prácticas y guías internacionales del tema que desea discutir con la población general.
Pero ¿qué pasó aquí? Todo lo contrario. La Sra. Velázquez aprovechó una entrevista de manera totalmente inapropiada y usó ese privilegio para lanzar lodo y fango a una población minoritaria que ya está cansada y frustrada de que sigan señalándolos de ser enfermos y desviados. Sus declaraciones de que los homosexuales son personas producto de violaciones, ultrajes y que viven heridos es producto de los prejuicios ideológicos y malsanos de la Sra. Velázquez. ¿Acaso los innumerables estudios científicos multinacionales respaldan sus aseveraciones? Absolutamente no. Al contrario, cada día queda más claro que la población de minorías sexuales está compuesta, por lo general, por personas productivas, creativas y baluartes en nuestra cultura y sociedad. Por esta razón, todas las organizaciones de psiquiatría, psicología, trabajo social, y pediatría han publicado guías contundentes desarticulando y desmoronando lo que precisamente la Sra. Velázquez afirma.
Pero no todo queda ahí. Pregunto: ¿tiene ella una idea de cuántas personas han escuchado sus declaraciones falaces y desinformadas? Estoy seguro de que muchas. Y pregunto: ¿está ella consciente que precisamente declaraciones como estas pueden ser creídas por muchas personas que no tienen un bagaje en esta temática? Yo no tengo dudas de eso. Y, ¿sabe ella que declaraciones desarticuladas como las suyas abonan y fomentan en nuestra sociedad discursos de odio, de exclusión y de discrimen que son los que provocan sufrimiento y hasta malestar psicológico en estas poblaciones minoritarias? Como profesional de la salud la Sra. Velázquez tiene que tener aunque sea una idea mínima de que su discurso ofensivo y desinformado lacera e hiere a personas homosexuales, sus familias y sus aliados.
Pregunto: ¿tiene ella una idea de que sus opiniones desinformadas pueden hacer creer a innumerables personas que la homosexualidad se debe a que en sus familias los abusaron sexualmente y los ultrajaron? Porque ese es el mensaje diáfano que ella ofrece. En su entrevista, ¿tiene ella una idea mínima del dolor y angustia que esto provocará en los innumerables padres, madres y familiares que aman y adoran a sus hijos o hijas homosexuales? Al escuchar su entrevista y referirse a la conducta homosexual como una “porquería”, queda claro que ella no tiene ni una noción mínima de lo tóxica que pueden ser sus aseveraciones en el bienestar de nuestro pueblo.
¿Confusión? Claro que la hay. Pero no en la inmensa mayoría de las personas homosexuales, sino en la mente de una persona que ofreció una entrevista con una mezcolanza de pseudociencia, distorsiones aberrantes y retorciendo la ciencia psicológica más allá de poder ser reconocida.
Artículo publicado en el periódico El Nuevo Día y accesible a través de: https://www.elnuevodia.com/opinion/punto-de-vista/el-torbellino-de-confusion-de-la-primera-dama-de-ponce/