Una campaña electoral de altura
La Junta Directiva y la matrícula de la Asociación de Psicología de Puerto Rico (APPR) expresan su preocupación con la manera en que se ha deteriorado la calidad del debate político en Puerto Rico. Les preocupa el impacto de este deterioro, particularmente en este año eleccionario. “para nosotros/as es imperativo resaltar el respeto por la diversidad y pluralidad de ideas y que los/as líderes políticos demuestren actitudes respetuosas ante ideas contrarias a las suyas”, expresó la Dra. Kalitza Baerga Santini, Presidenta de la APPR. Añadió que “en la Asociación de Psicología de PR invitamos a que los eventos electorales y los debates sean para exponer ideas y propuestas y no para atacar a nadie. Nuestro país ha pasado por muchas situaciones difíciles y lo menos que necesita son controversias basadas en asuntos que no son relevantes para resolver los problemas que nos aquejan. Necesitamos ideas, propuestas y transparencia en los procesos”. “El país necesita que los candidatos y candidatas debatan acerca de los asuntos que afectan el país y no acerca de visiones personalistas sobre sus oponentes. El país merece más” afirmó el Dr. Eduardo A. Lugo Hernández, Coordinador del Comité Voto con Conciencia.
A tono con esta preocupación, y a manera de contribución al clima propuesto desarrollamos desde el proceso eleccionario 2012, Diez Principios Éticos para Una Campaña Electoral de Altura. Los mismos los acompañamos con un documento de Reglas para el Debate que pretende contribuir a que en estos eventos reine el sosiego, la civilidad, el énfasis en las propuestas y el dirimir diferencias de manera respetuosa.
Proponemos que los candidatos y candidatas a puestos electivos de los partidos políticos, los medios de comunicación, las agencias de publicidad, y la empresa privada se comprometan a cumplir y fomentar estos principios éticos y de compromiso social, para lograr una Campaña Electoral de Altura.
Además, instamos a nuestra ciudadanía a utilizar los mismos para evaluar la ejecutoria y calidad de los candidatos y candidatas. Puerto Rico necesita candidatos/as que con ética y responsabilidad ofrezcan soluciones basadas en evidencia. Demos un giro a nuestro proceso eleccionario y enfoquemos el diálogo en temas como la reducción de la pobreza infantil, la urgente situación ambiental y energética, la calidad y accesibilidad de nuestra educación, el deterioro de la salud física y mental de nuestra gente sistema y las deficiencias de nuestro sistema de salud.
Diez Principios Éticos para Una Campaña Electoral de Altura

Rechazar cualquier medio violento como mecanismo para hacer política, debatir públicamente o llevar mensajes a la ciudadanía. Esto incluye, desde manifestaciones negativas y hostiles de tipo verbal o físico, hasta el daño a la propiedad, la manipulación y la difamación.
Reconocer que el debate político y la propaganda deben centrarse en la presentación de ideas y las plataformas de gobierno propuestas, y no en la difamación, los ataques personalistas o el anonimato.
Reconocer que cualquier proceso electoral se convierte en un medio de educación pública. Los partidos políticos, candidatos y candidatas y entidades que manejan su campaña publicitaria, tienen una responsabilidad ética y social de velar porque se cumpla con un modelaje de civismo. Esto incluye proteger el ambiente mediante el uso apropiado de pancartas y promociones.
Reconocer la obligación de toda persona involucrada en el proceso electoral, incluyendo a sus candidatos, candidatas y portavoces, de conducirse con civilidad, honradez y transparencia.
Presentar propuestas específicas y en lenguaje sencillo que la población en general comprenda, que estén dirigidas al bienestar de nuestro país, y que no menosprecien la capacidad del electorado de asumir sus propias posturas y tomar decisiones de manera informada.
Cumplir con las regulaciones y disposiciones establecidas por las leyes que rigen los procesos electorales en Puerto Rico.
Prevalencia del respeto, la evidencia, y los fundamentos racionales al establecer denuncias, debatir o refutar posturas contrarias.
Cada candidato o candidata, al ejercer su liderato, debe establecer vínculos de respeto y honestidad con la comunidad, para que puedan generar en el electorado la confianza y la aspiración a una verdadera representación de sus ideales.
Respetar los derechos de libertad de expresión que cobijan a toda la ciudadanía en Puerto Rico.
Adoptar reglas para un debate público de altura, que garanticen que se mantendrá el clima de respeto y civilidad necesario para adherirse a los principios éticos aquí establecidos.
Reglas para un Debate Público de Altura

El debate público tiene como objetivo principal dar a conocer las propuestas políticas e ideológicas de los diferentes candidatos y candidatas a un mismo puesto electivo. Como parte de este objetivo, se espera que mediante el debate público se logre un intercambio de puntos de vista sobre tópicos relevantes, a fin de que la ciudadanía pueda valorar las diferentes propuestas. El debate público no debe ser un medio para imponer un punto de vista, sino para convencer utilizando una exposición clara de las ideas mediante la argumentación y la contraargumentación. Por lo tanto, el debate debe ser un acto de la campaña política cuyo objetivo principal sea el intercambio de ideas dentro de un marco de respeto y civilidad entre las personas participantes. Por lo antes expuesto, se recomiendan las siguientes reglas para la realización de debates públicos en Puerto Rico durante las campañas políticas que se realicen de cara a las elecciones generales de 2012:
Prevalecerá en todo momento el orden, el respeto y la cordialidad entre los candidatos y las candidatas.
Se respetará el orden de las intervenciones de cada candidato o candidata, según fueran previamente acordadas y se evitarán las interrupciones.
Se mantendrá un clima de tolerancia y respeto hacia las diferencias.
En ningún momento se subestimará o insultará al candidato o candidata de la oposición.
No se permitirá lenguaje verbal o no verbal ofensivo, irrespetuoso o que constituya una burla de la intervención realizada por otro u otra participante.
Si se realiza alguna crítica, esta irá acompañada de una propuesta alterna concreta.
Se adecuará el vocabulario que se utiliza y se escogerán bien las palabras utilizadas para conseguir que la mayoría de las personas entiendan el mensaje que se desea transmitir. La idea es que el mensaje que se desea comunicar llegue lo más claro y completo que sea posible.
Se evitarán las palabras discriminatorias o cargadas de prejuicios.
El moderador o la moderadora, mantendrá una actitud cordial, imparcial y serena, siendo la persona encargada de mantener el orden y el clima de respeto y cordialidad que se espera.
Si se llega a alguna conclusión al final del debate, esta deberá ser en términos de quien logró exponer su punto de vista fundamentado en hechos y argumentos sólidos, manteniendo una actitud de respeto y cordialidad hacia sus oponentes.

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